Por los momentos cuando se conversaba de redes sociales lo primero que se venía a la mente eran esas plataformas más extensas y consolidadas como Facebook, Twitter o Instagram; bien parece que las cosas han ido cambiando.
La verdad es que en el país aún se está empezando a ganar terreno entre los más jóvenes, pero funciona como señal que solo en Estados Unidos esta aplicación ya ha alcanzado los 110 millones de usuarios activos. Con un período de vida de «tan solo» cinco años, es la verdad un instrumento que poco a poco se ha ido abriendo paso entre las personas y que en un futuro no muy lejano se estipula el poder competir con las más grandes, o inclusive, sobrepasar en cuanto a perspicacia.
Todos conocéis que por ejemplo Twitter se concentra en la entrada de textos que no sobrepasen los 140 caracteres, o que Instagram se base fundamentalmente en compartir con los contactos contenidos multimedia como fotografías y vídeos. No obstante, Snapchat es distintos en diversos aspectos, que funcione como ejemplo que en este caso las personas comparten entre si los denominados “snaps”, que en realidad suelen estar compuestos de imágenes, vídeos o mensajes de texto. Eso sí, a discrepancia del resto de propuestas, SnapChat agrega una peculiaridad que quizá sea una de las primordiales razones de su progresivo éxito.
Me refiero a que en este sentido la plataforma logra que los contenidos simultáneos entre las personas se autodestruyan pasadas las 24 horas desde su envío, conjuntamente de la duración de los mismos no prevalecerá los 10 segundos. Eso quiere decir que los “snaps” se agregan en el historial del emisor y permanecen allí, almacenados durante tan solo 24 horas, pasado ese tiempo se eliminan para siempre y no dejan ningún tipo de rastro. Concretamente la persistencia «por los siglos de los siglos» de los contenidos simultáneos en otras redes sociales es una de las primordiales lamentaciones de las personas, de allí a que quizá la migración a Snapchat que están haciendo.
No obstante, ese último apartado es uno de los que más discusión ha creado entre las personas de esa red social, ya que diversos de ellos, refugiados en esa aplicación, se han dedicado a remitir fotos y vídeos expongamos que subidos de tono, pero sin contar con que el que las recoge logre realizar una rápida captura de pantalla antes de su desaparición. Ese intercambio de imágenes y vídeos privados se ha conocido como “sexting” y se ha transformado en un serio inconveniente para una buena cantidad de personas en todo el mundo, fundamentalmente en los EE.UU. Todo eso a pesar de que la propia aplicación se encomienda de notificar al emisor de que el receptor ha capturado la pantalla, pero el mal ya está realizado.
A eso hay que agregarle que esas notificaciones se lograrían llevar a cabo al emisor siempre y cuando esas capturas se lleven a cabo por parte del receptor a través de la propia aplicación de Snapchat. No obstante, como todos tendréis en cuenta, en las tiendas oficiales tanto de los sistemas Android como iOS, hay una gran cantidad de aplicaciones de terceros que llevan a cabo esas mismas labores. Por ello, si la captura se ejecuta con una de esas, el emisor ni siquiera será consecuente de eso. A esto hay que añadirle que inclusive hay una que otra app que automáticamente capturan cualquier “snap” que se reciba y lo almacenan en el terminal móvil del receptor para que lo posea asequible en el futuro.